domingo, 22 de mayo de 2011

Alimentación y salud

Esta entrada no es una receta. Llevaba tiempo queriendo escribir sobre la importancia de la alimentación no industrial en la salud. Mi hermana me pidió una lista de consejos para cambiar sus hábitos alimenticios. Y salió esto. 


Alimentación y salud

Para cambiar tus hábitos alimenticios no vale con tener una idea aproximada de lo importante que es la correcta alimentación en la salud. Hay que tener una idea bastante exacta.
Lo primero que hay que pensar es que no todo lo que hay en el supermercado es un alimento, igual que nadie duda de que un chicle no alimenta, unas croquetas de bolsa, tampoco.
No todo lo que se come tiene nutrientes que es lo que el cuerpo necesita para su funcionamiento y lo que nos mantiene vivos. Aún así, a base de chicles nadie sobrevive pero sí puedes hacerlo con unas croquetas de bolsa, una sopa instantánea o unas salchichas rellenas de queso. El cuerpo tomará lo que pueda y lo que no pueda asimilar acabará en tus arterias, tu colon, o en tus michelines por citar algo.

En muchas partes del mundo las personas mueren por desnutrición, la relación entre falta de nutrientes y muerte es evidente. En la otra parte del mundo las personas están muriendo por malnutrición. Pero no es tan evidente. Tendemos a creer que sólo es “comida basura” la dieta americana de las hamburguesas, los donnuts y los perritos calientes. Y que el resultado es “sólo”obesidad y fallos coronarios. Si no eres un gordo americano que se alimenta  en el Burger King ya piensas que estás al margen de este tema. Es la primera vez en la historia que la esperanza de vida se ha reducido y no por razones bélicas o de catástrofes. ¿Qué es lo que pasa?
No creo que a nadie se le escape la “epidemia” de cáncer que vivimos desde hace unas décadas. Una de las explicaciones era que vivimos más (ya vamos a tener que dejar de decirlo) y por lo tanto hay más tiempo para enfermarse. Pero precisamente lo más escandaloso es la cantidad de cáncer en gente que no llega a los 60 años. Por otro lado, otra explicación oficial es que ahora hay estadísticas. Bueno, vamos a empezar a contar desde que las tenemos y vemos como no paran de subir.

Lo importante dentro de la comunidad médica es curar, claro. Pero, ¿qué pasa con la prevención? ¿Por qué no sabemos de dónde nos vienen las enfermedades? ¿Son todas producto de la mala suerte?
Para mí hay dos grandes culpables en las muertes de la sociedad occidental, paradójicamente relacionadas con la salud. La primera, la industria farmacéutica. Culpable por omisión. Cada vez hay más conciencia sobre los intereses que les mueven y la mafia que a veces suponen.
Y la segunda, culpable en primer grado. La industria alimenticia. Y aquí me meto. Está claramente demostrado lo perjudicial de las grasas trans. Aceites transformados químicamente, alejados de cualquier nutriente, que se utilizan porque son baratos y se mantienen mucho tiempo. Las grasas hidrogenadas son malas. Y no hablo sólo del corazón por si eso fuese poco, es que hablo de cáncer. Estas grasas son inflamatorias. Los tumores necesitan inflamación y riego sanguíneo para crecer. Los picos de índice glucémico (azúcar, glucosa, harinas refinadas…) son un buen caldo de cultivo para regar un tumor.

Nadie hace nada. ¿Por qué? Primero porque no son tóxicas literalmente. No te mueres al tomarlas (directamente) ni te quedas ciego. Es decir, no son como el famoso caso del aceite de colza en España. Y segundo porque la industria alimenticia tal y como la conocemos no sobrevive sin ellas. Industria alimenticia y grasa hidrogenada son coetáneas en el tiempo ¿Quién se imagina unas galletas, croquetas, sopas… hechas con aceite de oliva virgen o con cualquier otro aceite virgen sin subir el precio?
Y otro ejemplo cristalino, cómo sobreviviría la industria sin los conservantes químicos. Ante esto, tienen una explicación muy lógica aparentemente. Los conservantes son buenos porque sin ellos habría riesgo de intoxicación por alimentos en mal estado. Claro, si haces algo hoy y me lo vendes dentro de tres años pues sí, puedo ponerme enfermo. El caso de la mermelada es muy claro. La conservación de frutas en azúcar, al igual que la conservación de encurtidos, salados, ahumados se utiliza desde siempre y es por sí misma suficiente para mantener los alimentos. ¿Por qué añadir más conservantes artificiales? Pues para que duren más tiempo de lo normal.¿Y por qué? Porque a las industrias les sale más barato. Y porque hacen cantidades tan grandes que no pueden permitirse el lujo de que se echen a perder. Se curan en salud, ellos, claro.
Pero todo tiene que estar regulado, hay leyes a nivel europeo que vigilan lo que comemos. Por eso hay ratios. Es decir, de este conservante (que suenan así: nitratos, benzoatos, cloruros, disulfitos…) sólo se puede echar un tanto por ciento, de esto otro hasta aquí y así sucesivamente. Si fuesen inocuos está claro que no habría regulación, si la hay es por algo. Pero lo más importante es que esos estudios se hacen tomando cada conservante por separado. Pero qué ocurre cuando todos los alimentos que consumimos tienen productos químicos. Todos. Y qué ocurre cuando eso es a lo largo de toda una vida. ¿Puede el cuerpo acaso asimilar los nitritos? No, no los asimila. ¿Los expulsamos limpiamente? ¿Tal y como entran salen sin dejar residuos?

Es una cuestión de cantidad, las leyes europeas nos dan la pista. Ahora abre tu nevera y lee cada etiqueta. Tómate tu tiempo. Por cierto, los conservantes son la E- con un número (E significa Europa que es quien regula). Todo lo que se compre hecho lo lleva. No todos los alimentos, si no todos los “alimentos” industriales. Y ahora busca estas palabras: grasas hidrogenadas, grasas parcialmente hidrogenadas, grasa vegetal (suena mucho mejor). Ahí tienes las trans. ¿Te has dado cuenta? En todo. Incluso en las leches de continuación de los bebés que es lo más sagrado. ¿Se limita la comida basura a las hamburguesas? Pues no. Por curiosidad, ¿tienes un bollito marca Codan en casa? Échale un ojo y descubrirás el resumen de la comida basura.
Ante todas estas críticas a las que tiene la industria que enfrentarse van haciendo lavados de cara a cada cual más original. Ahora nos venden productos enriquecidos. Leche con Omega 3. En lugar de dar pasto a la vaca para que su leche tenga Omega 3, se le pone extracto de aceite de pescado. Hay una publicidad increíblemente astuta y engañosa. Y ni hablar de los productos Light…

De repente una parte de la industria, los mismos que por otro lado te meten grasas espantosas en otros productos, y glucosas en todo lo que puedas imaginar, te venden “sus productos sanos”. Todo y digo todo (caramelos, chicles, medicamentos…) donde ponga “sin azúcar”o “sin azúcares añadidos” contienen una mezcla bomba de edulcorantes artificiales. El Aspartamo (E951) y el Acesulfamo K (E950) son las estrellas del sarao. Se han escrito ríos de tinta en torno a ellos, miles de estudios hablan de su riesgo a nivel neurológico, mientras que otros nos hablan de lo inocuos que son. ¿Dónde está la verdad? Pensemos. La demanda de productos que no engorden pero que estén igual de dulces es enorme. Aplastante. La gente quiere comer dulce sin engordar. La industria lo sabe y se lo da. Si ahora se prohíben esos edulcorantes ¿qué hacen? ¿cómo satisfacen esa demanda? Impensable. ¿Te fías de las buenas intenciones de Coca Cola, por ejemplo? De la industria alimenticia en general?
Y no puedo no hablar de otra estrella mediática: El glutamato monosódico (E621). Se le considera el culpable de la epidemia de obesidad actual. El glutamato es un potenciador de sabor artificial. Podéis encontrar en Internet informaciones divertidísimas pro-glutamato tales como: “el glutamato está presente de forma natural en muchos alimentos” ¡Es para morirse de la risa! Una cosa es el natural y otra el que hacen ellos en laboratorio desde los años 60 que produce un estallido de sabor en la boca y que además es adictivo. El E-621 no existe en la naturaleza.

Abre la nevera otra vez. Busca este aditivo. En todo. ¿Por qué? No se puede utilizar la excusa de la conservación, ¿para qué sirve? Para que la comida esté más buena siendo de peor calidad. Y no está limitado a los restaurantes chinos que son la cuna del glutamato.
Vete a los fiambres en el supermercado y compara calidades y precios. Los de alta calidad no llevan glutamato (aunque hay excepciones). Ni un buen paté. Ahora mira un espetec “Casa Tarradellas” o uno de sus sabrosísimos patés de pimienta. Plagados. Mala calidad, producción industrial, sabor buenísimo, precio bajo. Un éxito.

¿Te has dado cuenta que no se puede parar de comer un espetec cuando empiezas a partirlo? Ni el paté, ni los gusanitos, ni las patatas fritas sabor jamón (cualquiera), ni muchas de las aceitunas, ni, ni…… Lista inacabable. Y no sólo es que no puedas parar de comerlas es que no te sientes saciado. Explosión de sabor- Sensación de no estar lleno- No poder parar de comerlo. Eso es el glutamato. Y los mayores adictos, los niños.

Vale, dicho todo esto, ¿ahora, qué hacemos? ¿qué se puede comer? Muy fácil, se puede comer todo lo que tu abuela hubiese echado en la cesta de la compra (pasemos por alto la posguerra y que no había nada que echar a la cesta de la compra…) En otras palabras, todo lo fresco: carne, pescado, frutas y verduras, leche, huevos, mantequillas... Todo lo que no haya pasado un proceso industrial. Si tienes tiempo y ganas puedes leer etiquetas y descubrirás que algunas marcas (más caras por lo general) y algunos productos bio (no siempre) también venden “alimentos” en el sentido estricto de la palabra. El tema da para cientos de libros y horas de aclaración. Habría que hablar también de necesidades nutricionales como la importancia de los aceites esenciales, los omegas, el por qué de la verdura y la fruta, alimentación anti-cáncer etc… Hay muchísima información para quién le interese. Con estas páginas sólo he tratado de despertar un poco de interés y de conciencia sobre un tema de salud pública.
Cada vez hay más conciencia, más consumidores informados y más demanda de productos sanos. ¿Y cuál es el efecto? A la  industria no le queda más remedio que amoldarse. Viven de nosotros, si no hay demanda, no hay oferta. Os pongo un ejemplo muy claro. Desde hace muy poco se ha producido una gran demanda sobre desodorantes sin productos químicos, o cosmética sin parabenos (provienen del petróleo). Los consumidores informados se han acercado a los herbolarios a comprar productos alternativos. ¿Y qué ha pasado? Que marcas tan famosas como Garnier o Sanex han sacado sus líneas de productos no químicos. Está demostrado, los que mandamos somos los que compramos. Y hay más ejemplos, bollería sin grasas trans anunciados por Eroski, lo que es muy común por cierto en otros países europeos. La industria seguirá existiendo porque no podemos cultivar cada uno de nosotros sus tomates y tener nuestras vacas, y ellos irán a sacar beneficios claro está. Pero hasta ahí, estando informados y siendo conscientes les obligamos a adaptarse.


Os paso unos pequeños consejos, para saber por dónde empezar:
1-      Las grasas trans. Utilizar en exclusiva aceites vírgenes. De oliva, de girasol, de lino… Los 0,4; 0,1 etc.. tienen mezcla con refinados. Las margarinas hay que desterrarlas del frigorífico, son engañosas a más no poder. Al ser vegetales se venden como sanas para el corazón, deberían meterles en la cárcel. Es exactamente lo contrario. Tan sólo las margarinas de grasas no hidrogenadas (son rarísimas) son buenas.
2-      El azúcar. A ver, esto es una cuestión nutricional. Trata de reducirla al máximo, el azúcar riega los tumores. Eso sí, no lo sustituyas por edulcorantes artificiales  porque saldrás de Málaga para meterte en Malagón. Haz el esfuerzo para reducirla simplemente. Aunque es mejor el azúcar moreno, en cuanto a índice glucémico que es lo que importa da igual. Incluso la miel lo tiene elevado, la diferencia es que la miel al menos tiene nutriente muy buenos. Hay alternativas como el sirope de ágave que se parece a la miel y es buenísimo.
3-      Las harinas refinadas. Fuera de la dieta. No sirven para nada más que para subir la glucosa en sangre y engordar. Son alimentos vacíos. El pan blanco carece de nutrientes porque está tan refinado que daría igual comerse un cartón. Come pan con cereales integrales, semillas, centeno, espelta, etc…
4-      Introduce en tu dieta el arroz y la pasta  integral, estarás llenando tu cuerpo de nutrientes. El arroz integral es más pesado de hacer porque tarda mucho en cocerse, pero la pasta no.
5-      Reduce la carne roja. Es sabido que por el tipo de producción de la carne tiene mucha toxina, antibióticos y los animales no son alimentados correctamente. Que no sea el centro de tu dieta, que sea el acompañamiento de la verdura y no al revés.
6-      Aumenta la ingesta de pescado, sobre todo de peces pequeños que están menos contaminados.
7-      Lava bien frutas y verduras o cómpralas biológicas para evitar en la medida de los posible los pesticidas.
8-      Tira a la basura las pastillas de caldo concentrado, son glutamato y grasa trans.
9-      No compres aquellas cosas que se pueden hacer fácilmente como mayonesas o salsas de tomate.
10-   Huye sin excepción de todo lo Light. Donde ponga “sin azúcares añadidos” o “sin azúcar” tiene aspartamo. Cuidado con los yogures con sabores sin azúcar. Como he dicho, no hay excepción.
11-   Compra aquellas mermeladas que no lleven glucosa ni conservantes.
12-   Aumenta paulatinamente los cereales en tu dieta. Puedes tomarlos en el pan (no refinado) o en el desayuno siempre y cuando no estén tostados ni inflados. Cómpralos de herbolario en copos sin tostar. Los de marcas comerciales están todos tostados con lo que se han cargado sus nutrientes y tienen que añadírselos artificialmente.
13-   Modera el embutido, el que no es de buena calidad viene con muchos conservantes y la mayoría de las veces con glutamato.
14-   Toma agua mineral de mineralización débil, es fundamental para arrastrar las toxinas de tu cuerpo. Si está mineralizada (da igual que te digan que tiene calcio y no sé que más) no limpia (ni adelgaza) y los minerales crearán residuos en tu cuerpo como piedras en el riñón.
15-   Fuera de casa no podrás controlar todo esto, pero dentro sí.
16-   Utiliza la lógica, te ahorrará tiempo a la hora de leer etiquetas.
17-   Puedes darte cientos de caprichos sin hacerte daño si estás bien informado.
18-   Aprende a cocinar.
19-   Infórmate aunque sólo sea para contradecir todo lo que acabas de leer.
20-   Saber lo que comes es un derecho.¡Qué aproveche!






3 comentarios:

  1. Uffff... Te habrás quedado a gusto.... Je je, muy bueno y muchas gracias primer día q veo tu blog y me ha encantado, no soy aficionada a escribir en blogs ni nAda de esto pero me ha gustado mucho y quiero darte animo y felicidades tb por lo de tu nena.... Espero leer algo nuevo pronto, hasta pronto y gracias de nuevo

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    1. Oh Beatriz! muchas gracias! no había visto tu mensaje, y es que ahora no tengo tiempo para nada...Pero me alegra muchísimo saber que hay quien me dedica un rato y que le parece interesante. Gracias!

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    2. Ah! y sí! me quedé agustíiiisimo jeje

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